Las familias olfativas

Las familias olfativas

Desde Aristóteles existe la idea de buscar una definición para los olores, pero no fue hasta finales del siglo XX, cuando empezaron a clasificarse los perfumes para establecer distintas familias y agrupar en ella los perfumes que eran parecidos. Aunque hoy en día, no hay una clasificación universal como tal, en distintas comunidades internacionales existe una clasificación que consta de siete familias olfativas y que desde nuestra perfumería en la Gran Vía queremos que conozcas.

Clasificación de las familias olfativas

Los cítricos son los aromas que provienen de algunos frutos como la naranja, el limón o el pomelo y suelen ser fragancias suaves y frescas. Por otro lado, la fougère hace referencia al olor del bosque y suelen contener, entre otros elementos, lavanda. Chipre es la familia que está compuesta por fragancias tan sofisticadas como la bergamota y floral. La floral es una de las más famosas, son las fragancias cuyos aromas más comunes son el jazmín y la rosa. La amaderada está compuesta por perfumes de aromas cálidos como el pachuli, el sándalo y el cedro, mientras que en la oriental predomina la vainilla y la madera. Por último, la familia gourmand la componen los aromas dulces.

Por otro lado, está la pirámide olfativa que es como se conoce a la forma tradicional en la que están estructuradas las fases por las que pasa cualquier perfume cuando se aplica. Estos son los aromas de salida, de corazón y de fondo. Una fragancia puede llegar a tener más de 200 ingredientes distintos, donde uno de los aromas cumple una función específica. Algunas son protagonistas, otras hacen más fácil la transición y otras son las que compensan para suavizar o para realzar un aroma que no tiene protagonismo.